A la hora de escoger unos zapatos, los principales criterios que se toman suelen ser la estética, el color y el precio. Parece paradójico que en la elección de la compra influyan más nuestros ojos que nuestros pies. No obstante conviene tener en cuenta una serie de consejos:
- El volumen del pie varía con el ejercicio. Es preferible comprar un par de zapatos después de un día de actividad.
- Deben de probarse los zapatos de pie y no sentado, ya que, al estar de pie, y sostener el peso del cuerpo, el pie se aplana y se alarga.
- Los zapatos deben ser de la talla justa. Muy pequeños dificultan la circulación sanguínea, comprimiendo los músculos y dando lugar a durezas y callosidades. Si quedan grandes producen rozaduras y ampollas.
- Recordar que la vieja frase de “Tienen que dar un poco de sí” da a entender que es el pie el que tiene que adaptarse al calzado, cuando debe ser al contrario.
- El zapato ideal debe reunir una serie de características como son:
- El antepie no debe ser de punta muy estrecha.
- El contrafuerte debe sujetar, pero no oprimir.
- El tacón no debe ser muy alto ( no más de 4 cm.).
- El material no debe ser ni muy rígido ni muy flexible. Debe ser transpirable pero resistente.
- Utilizar el zapato adecuado según la actividad que se realice.
RECUERDE: “ COMPRE PARA SUS PIES Y NO PARA SUS OJOS”